Mandala

Si fuese posible crear una imagen gráfica de la totalidad de la naturaleza humana, sería posible integrar muchas formas diferentes en un esquema total, tal vez un círculo o un cuadrado. Además, si se pudiese contar con una presentación visual del mundo interior mental, debilidades, fuerzas, orden, confusión y calidad de una persona, cada uno tendría un aspecto diferente. Algunos aparecerían interiormente mezclados, divididos y feos; otros, simétricos, integrados y hermosos.

Como el inconsciente origina sueños y ellos son la imaginación que da forma a los elementos de otro modo abstractos de la naturaleza humana en su interior, surgen de ellos formas o patrones que pintan una visión general de nuestra propia condición interior. Carl Jung llamó la atención hacia los círculos y cuadrados que aparecen en ciertos sueños y los llamó mandalas, viéndolos como representantes del núcleo de la identidad humana. Si bien en nuestra vida cotidiana somos el proceso mágico y misterioso de la vida, es difícil para nosotros llegara responder a las preguntas: “¿Quién soy yo?” o “¿Qué soy yo?” en términos sólidamente convincentes.

La misteriosa esencia de nosotros mismos se encara en sueños como el de un objeto circular o cuadrado, como el sol, una flor, un círculo rodeando una cruz, un objeto en forma de cruz que gira o vuela. Los símbolos clásicos de todas las naciones emplean estos emblemas: podemos hallarlos en la mesa redonda del Rey Arturo, en el centro de la cual aparece el Santo Grial; el zodíaco; las danzas en rondas; los círculos de piedras; la rueda budista de nacimiento y muerte, y así sucesivamente.

Habitualmente el círculo simboliza una totalidad natural, nuestravida interior tal como la ha formado la naturaleza. El cuadrado ilustra una totalidad que hemos contribuido a formar mediante una cooperación consciente con nuestro mundo interior. Existen dos razones principales por las que producimos este tema en nuestros sueños. Aparece en niños o personas frente a choques externos o internos y da lugar al fortalecimiento de la identidad vulnerable en el contacto con las diversas influencias que se encaran. Surge en individuos en proceso de enfrentar e integrar la ampliavida existente más allá de los límites de sus intereses habituales o lo que se permiten experimentar. El contacto con el yo es entonces parte de una extensión de la conciencia hacia lo que era oscuro o desconocido, no sólo en nuestro propio inconsciente, sino también en la vida externa. Al tocar de esta manera el núcleo de nuestro propio ser, adquirimos conciencia, en cierta medida, del potencial infinito de nuestra vida. Hay a menudo un sentido concomitante de existencia en la eternidad y en las muchas y diversas “mansiones” o dimensiones de la experiencia que tenemos dentro de lo eterno.

Ver el Yo: arquetipos; formas.

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