Sueños recurrentes

Si llevamos un registro de nuestros sueños resultará obvio que algunos de sus temas, personas y lugares aparecen una y otra vez. Estas repeticiones son de varios tipos. Un determinado tema puede haber comenzado en la infancia y continuar toda nuestra vida, ya sea sin cambios, o bien como una serie que sufre cambios

graduales. Podría ser que el rasgo que reaparece sea un marco, tal vez una casa que visitamos una y otra vez, pero cuyos detalles varían. A veces una serie de estos sueños comienza después de —o durante— un suceso o fase de nuestra vida, como la pubertad o el matrimonio.
Ejemplo: “Este sueño viene repitiéndose desde hace treinta años. Hay una estación de ferrocarril muy apartada en una zona rural, una sala de espera central y plataformas en todos los costados. En ellas se mueven centenares de personas, creo. Están todos delgados, andrajosos, sucios y sin afeitar. Sé que soy uno de ellos. Miro hacia la ladera de la montaña y allí veo a un centinela que nos vigila. Tiene una cara cruel oriental, viste ropa militar de color oliva y en la gorra tiene una estrella roja. Está armado con una ametralladora. Miro entonces a los
hombres que me rodean y advierto que todos son yo mismo. Cada uno tiene mi cara. Estoy viéndome a mí mismo. Entonces siento temor y terror”. (Anónimo.) El tema del sueño puede incorporar emociones de ansiedad, como en este ejemplo, o cualquier aspecto de la experiencia.
Una mujer, epiléptica, relata un sueño que es siempre el mismo todas las noches en todos sus detalles. En general estos sueños se repiten porque son formas en que el soñante responde habitualmente a su mundo interior o exterior. Como su actitud o su respuesta no cambian, el sueño que las refleja sigue siendo el mismo. En quienes exploran sus sueños aplicando técnicas como las descriptas bajo procesamiento de los sueños, los temas recurrentes desaparecen o cambian porque las actitudes o las ansiedades habituales que les dan origen han sido encaradas o transformadas.

Un ambiente que reaparece en un sueño en el que cambian otros factores no es lo mismo. Utilizamos las mismas palabras una y otra vez en el discurso, pero cada oración puede ser diferente. El ambiente o el personaje representan un aspecto particular de nosotros, pero los diferentes hechos que lo rodean pueden mostrar el proceso de cambio de nuestro crecimiento psicológico. Cuando no se produce ese cambio, como en los ejemplos anteriores, se trata de una zona de nuestro yo mental y emocional detenida en un estado afectivo o respuesta habitual.

Es posible “detener” algunos sueños contando con alguna informa­ción sobre ellos. Una mujer soñaba lo mismo desde la infancia. Cami­naba junto a un cerco de hierro en una ciudad donde habíavivido cuando era niña. Siempre despertaba aterrorizada y bañada en sudor después de este sueño. A los cuarenta años mencionó esto a su hermana. La respuesta fue: “Es lógico. ¿No recuerdas que cuando tenías unos cuatro años íbamos caminando junto a esas rejas cuando nos rodearon unos cuantos chicos? Yo les dije: ¡No nos hagan daño! ¡No tenemos mamá!’ Nos dejaron tranquilas, pero tendrías que haberte visto la expresión”. Después de comprender que su temor tenía que ver con la muerte de su madre el sueño no volvió a repetirse.

Los sueños recurrentes como el de las rejas sugieren que parte del proceso es autorregulado (homeostático). El proceso de los sueños trata de presentar emociones o situaciones difíciles a la mente cons­ciente del soñante para resolver el trauma o la dificultad que oculta el sueño. Un ejemplo obvio es la pesadilla repetida de una joven que sentía que un trapo le tocaba la cara y repetidamente despertaba a su familia con sus gritos. Cansado de esto, uno de sus hermanos la despertó una noche mientras gritaba y le hizo hablar sobre sus sentimientos. Poco a poco su insistencia le permitió establecer que su hermana asociaba el trapo con la mortaja de su abuela. Así aparecieron en la superficie el dolor y los sentimientos frente a la muerte que nunca antes se había permitido sentir. La pesadilla no se repitió. Ver pesadilla; procesamien­to de sueños.

Ver recurring dreams

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