
Religión y sueños
En la mayoría de las culturas antiguas la importancia dada a los sueños y aun la veneración de los mismos jugaban un papel de gran importancia. Algunos creían que la vida onírica tenía más realidad e importancia que la vida en estado de vigilia. No sólo se buscaba en los sueños información para la caza (grupos esquimales), sino también medios curativos para males físicos y psicológicos (templos griegos de sueños) y datos sobre las propiedades medicinales de hierbas, cortezas y arcillas (hechiceros tribales africanos). Común a todos estos grupos y evidente en el Viejo Testamento era el sentido de que a través de los sueños era posible tomar conciencia de lo trascendental o supersensible. El sueño de San Pedro de la sábana y los animales impuros marcó un giro decisivo en la historia de la sociedad occidental, corno el de Constantino por su triunfo si adoptaba el símbolo del cristianismo.
En su aspecto más fundamental el sentido religioso del hombre surge de varios factores. Uno es la conciencia de que existen fuerzas externas e internas que nos hacen sentirnos vulnerables y quizás impotentes. Los procesos naturales como la enfermedad, la muerte, el crecimiento y la decadencia, los terremotos, las estaciones, nos colocan frente a cosas que a menudo están fuera de nuestra capacidad de control. Si consideramos la información y los recuerdos de la época, una de las funciones principales de la religión en el pasado era intentar el control de los factores “inciertos” en la vida humana y contribuir a una adaptación psicológica frente a la vulnerabilidad. Las religiones fueron los primeros programas sociales que contribuyeron a llenar la necesidad de ayuda y apoyo dirigidos a la salud y madurez desde el punto de vista emocional, mental, físico y social. No obstante ser primitivos, estos programas ayudaban a los grupos humanos a alcanzar una identidad común y a llevar una vida comunal en un grado razonable de armonía. Como un programa de computación específico para un tema en particular, eran específicos para un grupo determinado y por lo tanto han perdido actualidad, dada la necesidad de lograr una mayor integración con otras razas. Las religiones proporcionaban además algún tipo de concepto y conexión con las raíces de nuestro ser.
Ejemplo: “Durante dos noches consecutivas he tenido la misma pesadilla. Estoy en una capilla marchando por el primer tramo de los varios que forman la escalera cuando oigo fuertes ruidos a mis espaldas. Me dicen que corra y me advierten sobre los soldados que cabalgan a toda carrera escaleras abajo y atropellan a quienquiera que esté en su camino. Los caballos son fogosos y bajan ala carrera ala misma hora todos los días, de manera que hay que encerrarse, ni más ni menos, en un cuarto próximo. Entro corriendo en él con el fragor de los cascos resonando en mis oídos. En esa capilla reinaba un pandemónium total. En el cuarto, un aula, había escolares de mi edad y algunos tal vez menores”. (María H.) María, de dieciséis años, al describir su sueño dice que se vio recientemente frente a la decisión de tener una relación sexual con su amigo. La religión, representada por la capilla, es la forma en que María contiene sus fuertes impulsos sexuales. Muchos sueños indican que la religión, como conjunto de creencias, se utiliza como medio de evitar la ansiedad frente a las incertidumbres de la vida. Para muchos un rígido sistema de creencias es útil para evitar la inseguridad en la toma de decisiones.
Los sueños representan y definen el aspecto de la experiencia humana donde intuimos nuestra afinidad con todas las formas de vida. Es el aspecto de la experiencia espiritual por medio de la cual percibimos una conexión con las raíces de nuestro ser. Cuando estamos despiertos podríamos presenciar el nacimiento de un potrillo y sentir el milagro de su aparición y su novedad, con su lucha por pararse y sobrevivir, y el milagro de la potencia sexual que podemos aceptar o temer. Al contemplar los rostros de nuestros semejantes vemos algo de sus actos en esta extraña y dolorosa maravilla que llamamos vida. Vemos si los han abrumado las fuerzas que enfrentan, si se han vuelto rígidos, o por el contrario, a través de un milagro común, han podido trasladar a sus años de madurez la risa, el llanto, el júbilo, la capacidad de soportar el dolor, señales mismas de la vida en el alma humana. Todos nosotros intuimos estos valores, aunque raramente los organizamos en una visión completa de la vida y extraemos de éstos su significado. Con frecuencia es sólo por medio de los sueños, merced a la capacidad del inconsciente de poner en evidencia la significación de experiencias de tan extensa variedad, que obtenemos una breve visión de la unidad detrás de los fenómenos, elemento esencial de la vida del espíritu. En otros términos, todos compartimos una experiencia universal.
Ejemplo: citamos a J. B. Priestley en su obra Rain Upon Godshill: “Poco antes de mi partida para los Estados Unidos, durante las agotadoras semanas en que me ocupaba de mis Comedias del tiempo, tuve ese sueño, y creo que dejó en mi mente una impresión más intensa que ninguna otra experiencia vivida con anterioridad, ya sea despierto o en sueños, y que me dijo más sobre esta vida que ningún libro leído jamás. El escenario del sueño era muy simple y respondía en parte a que no mucho tiempo antes mi mujer había visitado el faro local, en St. Catherine’s, para clasificar algunas aves. Soñé que estaba parado en la cúspide de una torre muy elevada, solo, contemplando millares de aves que volaban abajo en una dirección única. Había allí aves de toda clase, todas las aves del mundo. Era un espectáculo grandioso, este vasto río aéreo de pájaros. Mas ahora, de un modo misterioso, cambió el ritmo y. el tiempo se aceleró, de manera que vi generaciones de aves romper sus cascarones, agitarse y cobrar vida, aparearse, debilitarse, vacilar y morir. Les crecían las alas sólo para desintegrarse; los cuerpos eran relucientes y luego, en un instante, se desangraban y se secaban. Y la muerte caía en todas partes, en cada segundo. ¿Qué utilidad tenía esta lucha ciega por vivir, este entusiasta batir de alas, este apresurado apareo, este vuelo y ascenso, todo este esfuerzo gigantesco sin sentido? Mientras miraba hacia abajo sentí que veía en una breve ojeada la mísera y mezquina historia de .cada criatura y me dolió el corazón. Mejor sería que ni uno de ellos, y aun ninguno de nosotros hubiese nacido, si la lucha cesaba para siempre. Seguí parado en mi torre, desesperadamente triste. Pero ahora el ritmo volvió a cambiar, y el tiempo se aceleró más aún, y pasaba a tal velocidad que los pájaros no podían evidenciar movimiento alguno, sino que eran como una llanura inmensa sembrada de plumas. Pero en esta llanura, agitándose débilmente a través de los cuerpos mismos, pasó una especie de llama blanca, temblorosa, danzarina, hasta que se alejó. Y tan pronto como la vi supe que esta llama blanca era la vida misma, la quintaesencia del ser. Y se me ocurrió entonces, como en la explosión de un rayo de éxtasis, que nada importaba, nada podía importar nunca, porque nada más era real, salvo este palpitar y esta rauda llama de la existencia. Aves, hombres y criaturas sin forma ni color aún, ninguno contaba salvo que la llama de la vida pasase por ellos. No dejaba nada atrás que motivase el duelo. Lo que había imaginado como tragedia era simple vacío o un juego de sombras, ya que ahora todo sentimiento de verdad quedaba atrapado y purificado y continuaba su danza extática con la llamarada blanca de la vida. Nunca había sentido una dicha tan profunda como la que tuve al fin de mi sueño de la torre y las aves”.
Algunos indígenas de América del Norte crearon el totem mediante procesos semejantes. En una generación una persona podría aprender a sembrar una semilla para alimentarse con sus frutos. Más tarde alguien veía que merced a la fertilización era posible producir más alimento. Después alguien descubrió que la irrigación daba lugar a mayores progresos. Nadie era individualmente responsable de esta información cultural vital y la información colectiva es mayor que cualquier individuo, aunque los individuos pueden participar de ella y ampliarla. El totem representaba estas realidades sutiles, como podría ocurrir en un sueño de hoy, como podría hacerlo Cristo en el inconsciente actual. La veneración de las viejas culturas por su información colectiva y la apatía mostrada hacia ella por muchos hombres demuestra que nuestra “religión” se ha degenerado. Sin embargo, la aplicación del poder al inconsciente para expresar las sutiles influencias que nos tocan e incorporar la información ganada a nuestra respuesta a la vida tiene una profunda importancia.
Con el desarrollo de las estructuras autoritarias en la religión occidental y el dominio de la mente racional sobre los valores del sentimiento los sueños han sido relegados a un segundo plano. Con este cambio ha aparecido el sentido de que los sueños visionarios eran algo propio de los grupos culturales “supersticiosos” del pasado. A pesar de ello muchos hombres y mujeres totalmente modernos siguen teniendo un intenso contacto con Cristo en sueños y visiones. Cristo se les aparece todavía como un ser viviente. Lo trascendental, lo colectivo o lo universal entra en su vida con tanta frecuencia como antes. A veces entra con insistencia y poder, debido a que una mentalidad demasiado irracional ha llevado a un desequilibrio en la psiquis, o un equilibrio en el que la individualidad racional y despierta ocupa un polo y la conciencia sensible y unificadora del inconsciente el otro.
Si bien resulta tentador pensar en lo trascendente como algo etéreo o irreal, lo religioso en un sueño es casi siempre un símbolo para los principales procesos de la maduración en la vida humana. Somos el héroe/heroína que encara los peligros de la vida extrauterina, que afronta el crecimiento, el envejecimiento y la muerte. El asombro y las profundas emociones que sentimos inconscientemente ante tales hechos heroicos son expresados por la emoción religiosa.
Ver ángel; Cristo, resurrección, diablo bajo arquetipos; iglesia; mal; peces, fauna marina; ejemplo en ballena bajo peces, fauna marina; cielo; infierno; dulces bajo alimento; los sueños como guía espiritual. Ver además héroe/heroína; misa; masturbación; viejo; parálisis; colores; ovejas bajo animales.