Soñar con Caer
Algunos investigadores de sueños sugieren que caer es uno de los temas principales en los sueños. En la muestra utilizada en esta obra, las palabras caer, caídas y cayó aparecen setenta y dos veces en mil sueños. Las palabras encontrar, encuentra, encontrando y encontró figuran doscientas noventa y siete veces. Las palabras conectadas con mirar y ver aparecen más de mil veces.
Durante nuestro desarrollo o crecimiento “caemos” del útero de nuestra madre cuando estamos maduros; que un progenitor nos deje caer nos ha provocado quizá nuestra primera experiencia de sentimientos de inseguridad; caemos muchas veces al aprender a pararnos y a caminar; cuando exploramos nuestros límites corriendo, trepando, saltando, cabalgando, caer es el gran peligro; a veces podría representar la muerte. De todo esto creamos las formas en que caer se utiliza en los sueños.
Ejemplo: “Estoy sentado en la parte exterior de una ventana, con mi hijo y uno de sus amigos a mi izquierda. Tengo mucho miedo de caerme y le pido a mi hijo y a su amigo que no volvamos adentro. Me siento demasiado asustado para moverme antes de que ellos se muevan”. (Trevor N.)
En el momento del sueño, Trevor estaba trabajando por primera vez en su vida como periodista independiente con horario completo. Su mujer estaba sin empleo y la frecuencia de las ganancias de Trevor era tan amplia que empezaban a quedarse sin dinero.. El edificio del sueño se parecía a uno donde él había trabajado de nueve a cinco de la tarde, es decir, donde había tenido seguridad. Caer significaba fracasar, endeudarse, caer en sentimientos de duda sobre sí mismo y sobre su capacidad.
En general, entonces, caer representa pérdida de confianza; amenaza a las fuentes habituales de seguridad, como relaciones, fuente de ingresos, imagen social, creencias; tensión. A veces es la pérdida de prestigio social; perder popularidad; fracaso moral, es decir, caer en la tentación; bajar a tierra luego de haber tenido una actitud de soberbia, entregarse sexualmente.
Ejemplo: “Estaba en una calle que conducía al hospital donde me internaron a los tres años. Al ver la calle tuve la sensación de un pasado terrible. Luego me encontré parado al borde de un precipicio o acantilado. Mi mujer estaba a unos cuatro metros de distancia, cerca de la calle. Pisé un punto donde la tierra era muy blanda, y al ceder bajo mi paso me hundí hasta la cintura. Comprendí que el acantilado era inestable y que todo el sector se hundiría. Yo me hundía y llamé a gritos ami mujer, pidiéndole ayuda. Ella se paseaba de un lado a otro con aire despreocupado, y no hizo caso de mi pedido de socorro. Volví a gritar, pero ella no respondió. Seguí gritando, pidiéndole ayuda. No me escuchó y me hundí cada vez más, toda la tierra cedió y caí hacia la muerte”. (Barry 1.)
Por haber estado internado sin su madre en un hospital a los tres años, Barry tenía un profundo temor de que cualquier mujer que lo amase lo abandonara. Su caída es la pérdida de la sensación de lazo entre su mujer y él, a causa de su temor. Su muerte es la de su sentimiento de amor y de la relación, y del dolor que causa. Al comprender estos temores Barry pudo dejarlos atrás en sus sueños y en su vida.
Si aprendemos a afrontar nuestras inseguridades, recurriendo tal vez a la última pregunta del procesamiento de sueños, podremos ser más osados en la vida. Esto es en esencia, lo mismo que encarar el temor de caer de nuestra bicicleta cuando aprendemos a usarla. Si nunca dominamos este temor, nunca aprenderemos a andar en ella. Es así como ciertos sueños llevan nuestras caídas a puntos más allá del temor. Los siguientes ejemplos ilustran este hecho.
Ejemplo: “Cerca de donde yo estaba, en el gimnasio de la escuela, había un trampolín de unos seis metros de altura. Unas chicas estaban aprendiendo a arrojarse y a caer de espaldas en el suelo. Si caían derechas no se lastimaban. Era como caer de espaldas estando de pie”. (Barry 1.)
La escuela es el lugar donde aprendemos. Una vez que aprendemos a caer de espaldas bien extendidos, es decir, a fracasar sin que ello nos aflija o nos duela, podemos mostrarnos más creativos. Correr hacia un borde y caer podría significar, por ejemplo, exceso de trabajo y también peligro o posibilidad de sufrir trastornos de salud.
Ejemplo: “Mientras rezaba me di cuenta de que podía volar. Me elevé del suelo cerca de un metro y vi que era capaz de relajarme del todo mientras subía más o volvía a bajar. Era como aterrizar. Entré en un estado de relajación maravilloso, total. Con el cuerpo enteramente flojo seguí flotando en el espacio. Fue una experiencia meditativa muy profunda”. (Sarah D.)
Sarah ha descubierto una experiencia que le permite subir y caer sin tener tanto miedo de lastimarse, ni de morir emocionalmente. Esto proporciona una forma de libertad que muchos no experimentan nunca, y que no proviene de negar o suprimir los temores.
Ver caer cosas: sentido de peligro o de cambio respecto de lo que se representa.
Persona que cae: deseo de deshacerse de alguien, o ansiedad por lo que representa, fin de una relación.
Niño o hijo que cae: ver bebé; hijo e hija bajo familia.
Casa que cae: estrés personal, enfermedad; cambio personal y crecimiento debido al abandono de viejos hábitos y actitudes que se destruyen.
Ejemplo: “Estaba frente a la casa de mi madre, ami derecha. Adelante todo el suelo había cedido. La casa estaba por hundirse. No sentía miedo ni horror, sino que en lugar de ello estaba pensando en un nuevo comienzo y en la posibilidad de una casa nueva”. (Helen B.)
Aquí Helen está volviéndose más autónoma y dejando atrás la dependencia y ciertas actitudes.
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