
Funciones de los sueños
Funciones de los sueños: a lo largo de los años se han presentado numerosas teorías para explicar el “porqué” de los sueños. Estas teorías consideran los sueños como: mensajes de los espíritus, resultado de haber comido antes de dormirse, actividad insensata de la mente, sugerencias basadas en una experiencia en estado de vigilia, reprogramado de computación para el cerebro, la satisfacción de deseos de Freud o la teoría de compensación de Jung.
Si nos abstenemos de cuestionar cualquier teoría en particular, es posible ver los sueños con una función mucho más amplia. Los impulsos más primitivos observables son la supervivencia, el crecimiento y la reproducción. Otros, como comer, posición social, curiosidad, son secundarios. Al parecer el animal humano sobrevivió y se reprodujo con más eficacia después del desarrollo de la conciencia de sí mismo, el lenguaje y el razonamiento. Con o sin ellos, seguimos siendo un animal con un carácter psicológico. Es sabido que todos los animales sueñan.
Tienen un mundo interno del cual surgen impulsos (comer, acoplarse, evitar el peligro y reacciones emocionales: enojo, temor, expectativa). Tienen además un mundo externo que los pone frente a peligros reales de supervivencia, fuentes de alimentos, pareja, cambios en las condiciones ambientales. Los sueños se ubican en algún punto entre estos dos mundos.
Podemos imaginar la personalidad humana como una especie de cavidad dentro de la cual se reúnen todas estas influencias. Sensaciones físicas, impulsos interiores y emociones; lenguaje, reglas sociales; ideas religiosas; móviles para la toma de decisiones; noticias de guerra; medios masivos e información publicitaria, todo ello cae en esa cavidad. Esta debe recibir todo, pero como se trata de una mezcla de cosas, muchas de las cuales son opuestas, es necesario mantener algún tipo de equilibrio. ¿Cómo lograrlo? Tampoco es una simple cuestión de eliminar toda una clase o aspecto de las cosas. Erradicar el recuerdo de la crítica puede contribuir a calmarnos, pero limitará el proceso del crecimiento psicológico, de gran valor para la supervivencia.
Podemos considerar los sueños como relacionados con la supervivencia y con el proceso autorregulador. Como ello involucra todos los aspectos del yo y de la propia experiencia, no es posible ofrecer una definición única de los sueños. Es probable que tengan muchas funciones secundarias, como el de capa amortiguadora que equilibra las influencias internas y externas, con el fin de compensar las necesidades interiores con la realidad exterior. Un bebé puede extrañar su ración de alimento y para manejar esta necesidad primaria soñar con que lo alimentan. Los hechos traumáticos exteriores peligrosos que no es posible procesar de inmediato pueden guardarse para manejarlos mediante la experimentación o la abreacción durante el sueño. En los mamíferos superiores, los traumas infantiles pueden reservarse para tratarlos durante el sueño o bien cuando se desarrolla un ego más fuerte. Para afrontar la “soledad y el aislamiento de la conciencia” o el temor a la muerte el sueño podrá ligar el yo despierto con su sentido inconsciente de unidad con Dios. En la satisfacción de las necesidades de supervivencia de los hombres primitivos antes del pensamiento racional, es probable que los sueños hayan actuado como una computadora, sintetizando la experiencia y la información, dando lugar a soluciones creativas en la caza o en situaciones sociales, presentadas en forma de imágenes durante el sueño o en estado de vigilia. Esto explicará tal vez por qué los hombres primitivos sostienen que habilidades como la agricultura, el tejido y la escritura les fueron enseñadas mediante la visión de un dios o una diosa.
Si aceptamos que los sueños son el producto final del proceso que le da origen, nos es posible advertir que el “proceso” (la función de supervivencia que regula, compensa, liga, resuelve problemas) puede ser obtenido sin conocer el sueño.
Ver movimientos durante el sueño, proceso de los sueños como computadoras; Adler, Freud, Jung.