Mal

En el tope de las escaleras hay una puertita entornada, como si me invitase a entrar. Tengo una impresión sobrecogedora de que hay algo malo detrás de la puerta, que está esperándome”. (Charles M.)

Habitualmente se refiere a algunos de nuestros apetitos, que juzgamos condenables en nombre de los valores morales, y a los que por este motivo negamos expresión. Charles siente, tal vez, que esos valores y creencias con los que se identifica se ven amenazados por lo que presiente que hay detrás de la puerta. Todo lo que amenaza nuestro “yo’ o ego suele sentirse como malo, aunque se trate de instintos naturales. El mal desequilibrado y real del mundo, como aterrorizar a individuos y a grupos minoritarios, puede desde luego presentarse como sentimiento del mal.

Ejemplo: “Estoy tendido en el piso de mi dormitorio, cubierto por una toalla. Trato de esconderme y de protegerme porque estoy aterrorizado. Cuatro diablos tratan de meterse en mi cuerpo y de tomar posesión de mí. Mi cuarto gira como un torbellino a mi alrededor, corno si todo el mal me rodease. Me despierto cubierta de sudor y tengo terror de volver a dormirme”. (Joanna.)

Lo más probable es que Joanna esté en conflicto con su sexualidad (el dormitorio). Cuando luchamos con nuestros propios sentimientos a menudo los vivimos como agentes externos, o fuerzas del mal que nos atacan. A veces se refiere a sufrimiento emocional reprimido.

Ver aborigen; diablo; activo/pasivo.

Ver evil

Copyright © 1999-2010 Tony Crisp | All rights reserved