Recordando sueños

Si tenemos en cuenta que cada uno de nosotros tiene cuatro o cinco períodos de soñar todas las noches, vemos que la mayoría se olvidan: Para quienes observan, en cambio, a miembros de su familia o amigos que recuerdan un sueño en forma regular, aunque ellos mismos rara vez pueden recordar algunos de los suyos, surge una pregunta: ¿Por qué comprobamos esta amplia diferencia?

Las razones por las que solemos olvidar nuestros sueños son muchas y muy variadas. La más obvia es que no prestamos atención suficiente al proceso de soñar. Cuando llega a intrigarnos lo que podemos haber estado soñando y se nos crea una motivación para recordar, es frecuente que comencemos a recordar varios sueños por semana. Desde este punto de vista, la razón por la cual algunos individuos siempre han recordado sus sueños es que siempre sintieron curiosidad o bien ansiedad por sus dramas nocturnos.

La forma en que nos levantamos por la mañana afecta este tipo de memoria. Si nuestra atención se vuelve de inmediato a lo externo cuando despertamos hay pocas perspectivas de recordar un sueño, a menos que haya sido muy intenso, como sería el caso de una pesadilla. Pasar unos pocos momentos dejando nuestra mente abierta a la memoria contribuye a que recordemos. Cualquier actividad visual o aun muscular llenará nuestra conciencia de impresiones nuevas y potentes que podrían borrar las más sutiles de un sueño. Rorschach sugirió que no abramos los ojos y que nos quedemos físicamente quietos. Las experiencias demostraron además que el paso del tiempo, entre soñar e intentar recordar lo soñado, aun luego de unos minutos provoca su fragmentación y pérdida. Por consiguiente todo intento de recordar exige un registro inmediato del sueño, sea hablando con nuestra pareja en la cama, utilizando un grabador o escribiéndolo.

Algunos sueños tienen una imaginería borrosa o fragmentada, al igual que el tema, mientras que otros son nítidos, concisos y dinámicos. Estos se recuerdan con mayor facilidad. En ciertas ocasiones recordamos porque estamos más próximos al plano consciente. Como los sueños se producen en ciclos durante la noche el recuerdo es más fácil cuando algo nos despierta. Así otro método de rescatar un sueño es utilizar nuestro reloj despertador con mínimo volumen, eligiendo un momento próximo a la hora en que nos despertamos habitualmente. La última hora de nuestro descanso incluye un largo período de soñar. Por ello despertarse en este período con la intención de recordar también puede permitirnos capturar nuestra presa.

Existen por otra parte razones psicológicas para el olvido. Los sueños 250 tratan a menudo de sectores de experiencia pasada que no deseamos recordar o de los que preferiríamos no estar conscientes. Cuando nos es difícil sentir emociones o bien nos provocan malestar es muy probable que reprimamos el recuerdo de los sueños, ya que tienen una base de sentimientos intensos. Asimismo las experiencias han demostrado que durante un sueño nuestro latido del corazón, movimientos corporales y respiración suelen reflejar emociones intensificadas. La investigación de las zonas cerebrales donde se originan los sueños sugiere que pueden provenir del “cerebro visceral”, que es en buena parte no verbal.

Ver remembering your dreams

Copyright © 1999-2010 Tony Crisp | All rights reserved