Símbolos y sueños
Las palabras son ellas mismas símbolos de objetos, ideas o sentimientos. Sea que miremos ecuaciones matemáticas, una película, una novela o el logotipo de una empresa, cada una implica el uso de símbolos. Cuando miramos un termómetro lo perdemos de vista como objeto y lo vemos como temperatura. En toda nuestra vida diaria hacemos sin advertirlo un uso simbólico de las cosas. El nombre en la etiqueta de un envase puede representar su calidad. Una cara puede manifestar amor o brutalidad. En la lucha del hombre por tomar conciencia yen su uso de símbolos como la palabra cada vez más sutil en el pensamiento y la expresión hubo seguramente etapas de desarrollo. Se trata de un aspecto de la historia al que rara vez prestamos atención, no obstante tener tanta importancia. Tal vez el “pensamiento” en nuestros sueños utiliza una forma anterior en el uso de los símbolos, que podría responder más a sucesos cotidianos antes del uso del lenguaje.
Existimos como individuos integrados con el mundo de hoy, pero a pesar de ello nuestros niveles de pensamiento más antiguos siguen existiendo. Inconscientemente continuamos viendo el termómetro como temperatura; el auto como signo de prestigio, independencia o mayor facilidad para llegar al trabajo; el interior de nuestra casa como expresión de nosotros mismos: si no fuese así no nos molestaríamos en hacer de ella un lugar placentero para nuestros invitados. Por medio de estas conexiones emocionales o visiones simbólicas que tenemos de las cosas, los sueños crean su reserva de imágenes y escenas. Procesar un sueño es el esfuerzo por descubrir qué valores asignamos inconscientemente ala gente, animales, objetos y situaciones que nos rodean.
Ver inconsciente.