Lobo
Si bien el lobo puede representar nuestra creencia de que las “cosas” se disponen a devorarnos, el lobo implica a menudo simple temor. El temor es una de nuestras reacciones instintivas frente a determinadas situaciones y por ello aparece representado como un animal.
Podemos vernos prisioneros de tales sentimientos, como Ana: “Estaba en una carreta en medio de un campo y en este campo había un gran lobo negro. Cada vez que intentaba separarme de la carreta para llegar al borde del campo, el lobo me lo impedía corriendo, de modo que permanecí presa en la carreta. Ahora todo suena muy simple, pero cuando ocurrió me sentí aterrada”.
El ejemplo siguiente es el de Oliver, un niño de seis años, e ilustra cómo podemos enfrentar estos temores con un poco de valor. Este sueño se repitió varias veces, de modo que su descripción surge de una serie de sueños: “Estoy acostado en mi propio dormitorio y oigo lo que sé que es un lobp, calzado con el tipo de zuecos de madera que se usan en Lancashire. El (el lobo) llega hasta un cierto punto, hay un estampido y me despierto aterrorizado. Las palabras de mi madre no me tranquilizan, y cada noche el lobo se acerca más antes de que me despierte aterrado. Llega la noche en que sé que va a atraparme. En efecto llega y la puerta de mi dormitorio (en mi sueño) se abre violentamente con un terrible estampido. No hay nadie allí. Nunca volví a soñar esto”.
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