Arquetipo Animus
El macho dentro de la hembra, expresado como un hombre en los sueños de una mujer. Físicamente la mujer es predominantemente femenina, pero además posee un clítoris y produce ciertas hormonas masculinas. Desde el punto de vista psicológico podemos expresar sólo parte de nuestro potencial en la vida cotidiana. En una mujer, el aspecto intelectual y socialmente sugestivo de su personalidad puede ser objeto de una expresión menor. Aparte de ello, ciertos rasgos como la innovación y el pensamiento racional creativo pueden mantenerse latentes. Estas características secundarias se manifiestan como el hombre en los sueños de las mujeres. En general podemos decir que el hombre representa el poder mental y social de la mujer, su capacidad de actuar creativamente en “el mundo”. Contiene además una expresión de su complejo de sentimientos frente a los hombres, formados como experiencia en su mayor parte desde su relación, o falta de relación, con su padre, pero también una síntesis de todos sus contactos con hombres. Es así como la totalidad del campo de su experiencia con respecto al hombre puede representarse en el hombre que aparece en su sueño, el cual es accesible mediante la imagen.
Buena relación con el hombre o bien casarse con él: muestra a la mujer integrando su propia capacidad de ser independiente y eficaz en términos exteriormente activos. Esto la hace más entera y establece un equilibrio con sus cualidades “femeninas”. La mujer aparece asimismo como dueña de una capacidad de encarar la experiencia de su padre en términos curativos, puede desde aquí tener una relación realista con un hombre de verdad. Existe, por último, un sentido de conexión entre su ser consciente y lo que intuye como el mundo “comercial”. Ver padre en esta sección.
Estar en conflicto con el hombre, o ser incapaz de establecer un contacto físico agradable con él: sugiere dificultades en encarar lo que puede haber sido una experiencia con el padre dolorosa o amenazadora. Esto puede ser origen de una incapacidad de formular juicios claros y de falta de decisión en aspectos alejados de los valores afectivos. Tendencia a aceptar normas colectivas o sociales establecidas hace largo ,tiempo sin cuestionarlas, a actitudes familiares o generales inaplicables dentro de situaciones actuales, y a “razonamientos” que en realidad surgen de emociones relacionadas con las normas familiares y sociales mencionadas. Las relaciones concretas con los hombres serán difíciles o bien encaradas como un deber. La unión con un hombre o la relación íntima son amenazadoras porque acercan a la mujer a los conflictos y al dolor relacionados con el padre. Las relaciones sexuales pueden ser posibles, pero carecerán de una íntima afectividad. Ver hombre.
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